Para algunos periodistas, no es sorprendente ir a ruedas de prensa donde no les ofrecen ni agua para tomar. Para algunos obreros, no es irreal pensar que las personas del área de Comunicaciones, sólo se relacionan con los altos directivos de la empresa. Para algunos profesionales, no es descabellado relacionar a los Comunicadores Corporativos con la imagen de las personas que se encargan de las buenas fiestas y cócteles.
Pero...¿por qué de este error? Obvio que no se debe a una mala percepción por parte de las personas externas a un departamento de Comunicaciones Corporativas, sino porque el profesional de la imagen y las relaciones de una empresa ha perdido el norte de su trabajo.
Es importante recordar que para armar, por ejemplo, una estrategia de Comunicaciones Internas no es suficiente irse por el cómodo boletín o cartelera, sino hablar con los empleados, sindicato, obreros, vigilantes, altos líderes y gerentes de la organización, a fin de saber cuáles son las necesidades comunicacionales reales, analizar los medios que utilizan para dialogar y conocer qué requieren para mejorar sus vínculos con la compañía.
Para realizar este arduo trabajo, es esencial no perder la humildad, con el objetivo de que los empleados se sientan cómodos con el comunicador y que lo perciban como parte del grupo y no como un simple enviado de la Gerencia General, debido a que se corre el riesgo de que las respuestas de los trabajadores sean irreales, lo cual repercutirá negativamente en la estrategia comunicacional.
Por esta razón, además de estudiar y actualizarse en las nuevas herramientas comunicacionales, no se puede perder el norte de las comunicaciones corporativas, el cual no es sólo el público externo, invitar a los medios a entretenidos eventos, sino generar vínculos fuertes entre los empleados con su organización, ya que esta es una de las mejores publicidades que puede tener una corporación con los medios y el público externo.
Dulce Pérez Colmenárez
Comunicadora Organizacional y Estratégica
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